El Col·legi de Periodistes de Catalunya quiere compartir con la sociedad su preocupación por el impacto de la crisis en los medios de comunicación. La crisis es general, y tiene unos efectos especialmente graves para numerosos sectores económicos, pero en los medios de comunicación tiene unas implicaciones que el conjunto de la sociedad debe conocer.
La drástica caída de los resultados económicos ha provocado que muchas empresas hayan decidido la reducción de sus plantillas de periodistas y la restricción de sus colaboraciones, lo que ha agravado más la situación de precariedad laboral en la cual se encuentran muchos periodistas desde hace años, incluso cuando la economía estaba en plena expansión.
Consideramos que la reducción del número de periodistas en las redacciones representará, inevitablemente, un empobrecimiento de la calidad de los medios de comunicación. Y, por lo tanto, una pérdida de la información y los elementos de opinión plural que necesitan los ciudadanos en una democracia. La incertidumbre y vulnerabilidad laboral hacen, además, que los periodistas no dispongan del marco necessario para ejercer su profesión con independencia y libertad. Recordamos también que el cierre de medios representa la pérdida de voces y, por lo tanto, de pluralidad.
El recurso a las jubilaciones anticipadas para reducir las plantillas significa, además, la ruptura del mestraje entre generaciones. Las redacciones necesitan periodistas de todas las edades para mantener la memoria histórica, la experiencia profesional, y transmitir los valores deontológicos del oficio. Un periodismo riguroso y de profundidad precisa de profesionales veteranos que aporten sus conocimientos a los más jóvenes. La suma de las jubilaciones anticipadas y la precariedad creciente de los periodistas jóvenes genera un escenario preocupante en los medios de comunicación porque se puede romper esta transmisión de saber intergeneracional.
Consideramos un error que, después del largo período de bonanza económica, las empresas no encuentren, en el momento de afrontar la crisis, otra alternativa que el despido de periodistas, principal patrimonio de cualquier medio de comunicación. En una recesión tan intensa como la actual, todos deben hacer sacrificios, pero las soluciones no pueden limitarse a malograr el capital humano de las redacciones y menos a prescindir de los periodistas que se encuentran en una situación más frágil, como son los colaboradores y los /freelance/.
Pedimos la solidaridad de los periodistas que se encuentran a reparo de la crisis y la responsabilidad de las empresas de comunicación para que eviten la solución simple de los despidos ante retos tan complejos como los que afrontan los medios de comunicación.
A las administraciones, pedimos todo el apoyo que esté en sus manos para amortecer el impacto de la crisis y que, a su vez, se vigilen los casos de precariedad extrema que sufren muchos periodistas. La crisis nunca puede ser una excusa para tolerar situaciones que están por debajo de los niveles mínimos de dignidad laboral y profesional.
Consideramos que la gravedad de la situación generada por la crisis exige una reflexión colectiva sobre la función social del periodismo. La degradación de las condiciones para ejercer el periodismo puede provocar daños que van más allá de la profesión. La debilidad económica de los medios de comunicación afecta en primer lugar a sus trabajadores, pero también al conjunto de la sociedad. La calidad de la democracia necesita un periodismo de calidad, y ésto es lo que está ahora en juego, además de centenares de puestos de trabajo.
Col·legi de Periodistes de Catalunya
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